Yo que estoy tan dentro de ti como esos insectos de colores que te habitan, que vuelo sobre la tierra buscando tus fantasmas perdidos entre los antidepresivos, que se me llena el culo con películas de Godard amarrándote a mi futuro. Yo que te construí una casa con el esqueleto de una flor, que soy un sabio en la anatomía de la melancolía, que soy el gran problema de mi vida y en mis citas con los psiquiatras me han dejado plantado tan hondo como el árbol del gran Buda.
Yo el gran señor del sufrimiento que no se deja morir, el de la cómoda tristeza, te condeno, te condeno a andar con mi amor acuestas, como un elefante de mil años, a que la lluvia se te vuelva un estado de animo que refleje mi cara, a que siempre sepas que cuando dios te cierra una puerta yo te sueño. Te someto a la vida, la vida de los que saben que el amor es saber doler, que desnudos y soñando somos alguien.
No es un castigo, es afán de supervivencia, es como un acto reflejo que sin intención golpea el ojo de alguien, es una medida preventiva de mi amor para no quedarse sin ti, es mi amor camuflándose en tus libros que ojala fueran nuestros, es mi cáncer diciéndote “No insistas, yo no existo” Es mi pena, intentando escapar de mi cadáver perdido y demasiado triste, pegándose a ti como los problemas. Mi vida contigo se siente mas cómoda que conmigo, como una serpiente en templo de la India perdida, las de los monjes que me rezan porque saben que somos mas lluvia que personas y que la lluvia se lleva todo, rezan para que la estatua de eternidad que es mi llanto sonría por ti. Rezan a ti, Sefiní, cuerpo que no me has de temblar, cuerpo que me tiembla el miedo.
Yo dejaría que me condenaras así
Que los bigotes de mi gato me puyaran el corazón cada vez que me dices que me quieres, que los dedos de mis pies jamás tocaran la arena con tal de poderte ver todos los días, que cada poro de mi piel absorbiera tus sonidos, que mi nariz no oliera más que lo que se refiere a ti y que ni las medias ni cobijas me pudieran dar calor como me lo darías tú.
Que todas las letras que no compongan tu nombre puedan ir perfectamente al cementerio de signos castellanos, Que mis ojos solo vean lo que tiene que ver con tus corneas, tus iris y tus pupilas, que solo escuche las cosas cuando se tratan de ti, que mis manos solo escriban palabras que tengan que ver contigo, que no haya nadie más , ni nada, ni ninguna otra cosa
que solo seamos los dos
que cuando estemos juntos el mundo parezca difuso y lejano, que me condenes a solo sentir tus manos, tus caricias, que me condenes a tus cansancios, a tus malos días, pero que también me condenes a tu felicidad y a tus días gloriosos; que tus pensamientos se dirijan hacia mi, que también, tus pies solo caminen hacia donde yo me este.
que los caminos solo me conduuscan a dode estas tú
No hay comentarios:
Publicar un comentario